Pierre Gonnord (1963) es un francés afincado en Madrid desde hace 20 años. Aunque parezca increible es autodidacta y no tuvo su primera cámara hasta 1997. Un año después hizo su primera exposición.Se dedica fundamentalmente al retrato. Empezó fotografiando a personas cercanas para él y poco a poco fué enfocando su objetivo hacia gente más "lejana", sobre todo minorías (indigentes, enfermos mentales, yakuzas, monjes...).
En una entrevista explicó el por qué de su "obsesión" por fotografiar rostros: "El retrato, como el paisaje, no es una realidad, sino una visión. El rostro puede ser una idea, un campo desde donde decir muchas cosas". "Un ensayo contra el olvido. Una visión de la vida a través de una hendidura".
En una entrevista explicó el por qué de su "obsesión" por fotografiar rostros: "El retrato, como el paisaje, no es una realidad, sino una visión. El rostro puede ser una idea, un campo desde donde decir muchas cosas". "Un ensayo contra el olvido. Una visión de la vida a través de una hendidura".
Estoy totalmente deacuerdo; por eso mismo me encanta hacer retratos, porque una cara, además de ser el aspecto físico de alguien, puede transmitir, simbolizar y significar todo un mundo.
En sus retratos (carentes de todo artificio aunque el protagonista esté posando), los ojos observan y hablan y las lineas del rostro trazan el mapa de una vida.
En sus retratos (carentes de todo artificio aunque el protagonista esté posando), los ojos observan y hablan y las lineas del rostro trazan el mapa de una vida.
He tenido el gusto de ver alguna de sus fotos (de grandes dimensiones) en una exposición y debo decir que sus personajes te llegan al alma y su mirada te sigue allá donde vayas.
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